Hasta siempre Comandante Supremo

martes, 20 de agosto de 2013

¡Llego errr pollo!

Este grito es constantemente escuchado por los venezolanos cuando en algun Abasto Bicentenario, Mercal, Pdval o cualquier otro supermercado bien sea del sector público o privado llega este apreciado producto a precio regulado.

Sin embargo, los ciudadanos de a pie, somos testigos como no solamente el pollo, sino otros productos de la cesta básica, entre los cuales se destacan el papel higiénico, azúcar, aceite, mantequilla y harina de maíz, se han convertido en mercancía de contrabando, no solo de grandes cadenas productoras de alimentos (que los acaparan como ya sabemos), sino de mafias  organizadas de buhoneros quienes revenden estos productos  3 o 4 veces su valor oficial.

El modus operandi de estas “micro mafias” es  básicamente el siguiente: Primero, reciben “el pitazo” de trabajadores del respectivo establecimiento cuando se avecina el camión. Seguidamente se comienza a hacer la cola en las puertas del supermercado o en los pasillos esperando que el ansiado producto llegue y se despache. Ahora bien, una vez llegado el camión, una buena cantidad de trabajadores (para no generalizar)  se reparte una parte del preciado botín (de ahí algunos trabajadores venden directamente el producto a estas “micro mafias”); el restante es lanzado  hacia los pasillos del establecimiento aun en las paletas e inmediatamente la turba sale disparada a pelearse por cuantas unidades del producto pueda tomar. Una vez culminado el frenesí (comparable con el comportamiento de los infantes al reventarse una piñata), se ve en los pasillos por ejemplo: personas con carritos de mercado llenos de harina pan esperando que quien los acompaña pague las respectivas unidades que le son permitidas, salga y deje el producto fuera con otro sujeto (en ocasiones hasta las mismas cajeras actúan como “aguantadoras”) para volver a ingresar a repetir el proceso. Por otra parte, Algunos comerciantes informales prefieren utilizar a grupos de adolescentes para pasar el producto por caja; el cual una vez comprado es  entregado por los chamos al comerciante quien les pagara la diligencia ya sea con unas cuantas unidades de lo que contrabandearon o con “alguito pa´ los frescos”.

Al día siguiente, se ve como en puestos de buhoneros adyacentes al supermercado, la venta del  producto abunda mientras que ya está agotado en el establecimiento. Por supuesto, a precios mayores que los regulados. En algunos casos, comerciantes de mente más perversa, siendo dignos estudiosos de lo que una “gran pensadora” de la oposición denominara “capitalismo popular”; esperan que sus “colegas” hayan agotado su inventario para luego sacar el producto a la venta obteniendo así ganancias mayores.

Si bien, este relato al llegar a ojos y oídos de políticos de alto gobierno, pueda parecer una parábola exagerada, para la gran mayoría de los ciudadanos que regularmente asisten como yo a estos establecimientos les parecerá lamentablemente algo muy común.

Ahora bien, a la estrategia de acaparamiento que las grandes cadenas productoras y distribuidoras de alimentos han implementado para obtener mayores ganancias y debilitar así la aceptación del ciudadano al establecimiento de una economía socialista (Estrategia que no es nueva contra Gobiernos Socialistas de Nuestra America) hay que sumarle, esta situación de “micro mafias” que lamentablemente están formadas por individuos sin conciencia social que forman parte del proletariado.

Mi intención aquí no es estigmatizar, generalizar o aceptar estereotipos racistas y/o clasistas propios de la burguesía pero lamentablemente hay que reconocer que  son muchos los involucrados en estas mafias (desde los trabajadores de estos establecimientos, hasta  los buhoneros que las venden), los que se dicen ser “REVOLUCIONARIOS”. Incluso en muchos casos hasta reciben beneficios socio-economicos de las misiones, estudian o tienen a sus hijos estudiando en la UBV o en la UNEFA, están inscritos en el PSUV, lucen orgullosos sus camisas rojas en marchas y al celebrar los triunfos electorales de la revolución

Ahora, les pregunto a estos “camaradas”, ¿Acaso ustedes piensan que “hacer bulto” en marchas, o ponerse una camisa roja basta?, ¿Decirse ser CHAVISTA pero actuar para el beneficio individual es cumplir el legado del Comandante?.

A esto les respondo:

La construcción de la Patria Socialista,  parte del “Supremo Sueño” que hemos heredado, no solo depende del desempeño en la presidencia del Camarada Nicolás, de la actuación de Diosdado y/o de otros actores políticos de la revolución. Somos nosotros: LA MASA, los apoderados del poder popular, quienes hacemos el ejecútese de este proceso. Pero si después de 15 años, algunos militantes del principal partido de la revolución o cualquiera que se diga ser CHAVISTA sigue actuando como “ser único”, dejando a un lado esa tan preciada conciencia social de la que hacía referencia el Che y que tanto nos trató de enseñar el Comándate Chávez, déjenme decirle “camaradas” que gracias a ustedes esta revolución tiene los días contados.

Lo que quiero expresar en estas lineas es mi sentimiento de indignación dirigido a esos “camaradas” que forman parte de esta red de “micro mafias” aparentemente inofensiva, pero que día tras día permea en la mente de más ciudadanos esa percepción de ineficiencia y desabastecimiento que constantemente es difundida por los medios masivos de la derecha. Sinceramente al buhonero que no apoya a la revolución y adquiere  productos a precios regulados  para revender, desde el punto de vista ético del socialismo no tengo nada que reprocharle, pues simplemente actúa en línea con los objetivos individualistas que el capitalismo ha sembrado en la conciencia de los pobres para darle una ilusión de progreso, mientras perpetúan para sí y los suyos el circulo de miseria. Ya serán las autoridades,  los encargados de establecer las sanciones legales para quienes incurran en esto (sin en algún momento deciden hacerlo).

El llamado es a la CONCIENCIA del proletariado, a aquellos buhoneros y trabajadores  que se dicen ser CHAVISTAS y actúan con esta perversa doble moral. Ser CHAVISTA siempre fue una gran responsabilidad, pero desde el 5 de marzo del 2013, a las 4:25 de la tarde, ser CHAVISTA adquirió otra connotación. Muy lejos de la que aparentemente ustedes piensan de ponerse una camisa roja e inscribirse en el PSUV a “ver que se agarra”.

El llamado es también a los partidos de la revolucion; en especial al PSUV, pues como maquinaria no solo deben activarse en época de campaña. Que individuos del proletariado militantes de la revolucion actúen de esta forma deja entre ver como LA FORMACION IDEOLOGICA necesaria para que cada hombre y mujer desde lo particular  pueda contribuir a la revolución,  NO ESTA PRESENTE. Pues sigue latente la lógica del capital entre los nuestros.

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