Hasta siempre Comandante Supremo

viernes, 8 de enero de 2016

Un magisterio olvidado por la Revolución.


1)    Para contextualizar:

Durante el último trimestre del año 2015 la agenda política y noticiosa estuvo centrada en las elecciones parlamentarias que se disputaron el pasado 6 de diciembre. Todos los medios se centraron en este hecho y fueron pocos los que tímidamente reseñaron la terrible situación del magisterio venezolano. No voy a entrar en detalles sobre la situación del país en el año 2015 pues considero que ya todo el mundo según su perspectiva política cree entenderla, lo que no todo el mundo entiende es la situación precaria que atraviesa el docente venezolano.
 Veamos, el año 2015 fue el año de “la peor guerra económica” según maduro, razón por la cual el ejecutivo nacional decretó tres aumentos  salariales. En Junio, luego de dos de estos aumentos un docente venezolano graduado, con dos o tres años de servicio ya estaba devengando menos del salario mínimo. Pues bien,  para esos meses el entonces Ministro del Poder Popular para la Educación el Abogado Héctor Rodríguez habló de adelantar la discusión del contrato colectivo a punto de vencerse con el fin de “dignificar la labor docente”. A las semanas, se promulgó un proyecto de contratación colectiva con sueldos galácticos escrito al parecer por el mismo George Lucas pero los docentes veíamos con preocupación que se terminaba el mes de Julio y no se habían instalados las mesas de negociación. Nuestro temor se hizo realidad: Llego agosto, nos quedamos sin contrato y sin ministro porque el ahora muy diligente  diputado jefe del bloque de la patria pero muy ineficiente Ministro de Educación se fue a asumir la campaña electoral de su candidatura y dejó al magisterio viendo para los lados.
Llegó septiembre y comenzó el año escolar 2015-2016  con Rudolfo Pérez como  nuevo Ministro de educación,  quien luego de encontrarse con un magisterio que  amenazaba con un paro y concretarse diferentes protestas a nivel nacional decidió llamar a las organizaciones sindicales afectas al gobierno para supuestamente instalar las mesas de negociación, aquella reunión en la planta baja de la sede del ministerio de educación, dio pena y como chavista debo decirlo pues una vez más se usó la imagen de Chávez para justificar la ineficiencia. El ministro junto con los presidentes de sindicatos tomados de la mano, afirmaron palabras más palabras menos: “que en nombre de la unidad debemos estar unidos” ¿¿??, razón por la cual los sindicatos llamaron a sus afiliados a “esperar lo que se tenga que esperar” para que se discutiera y firmara el contrato colectivo, se dijo que la semana siguiente a ese encuentro los sindicatos, patrón y ministerio del trabajo se reunirían para comenzar a “discutir” el contrato pero no se dio una fecha tope para su aprobación. Luego de esto,  la mayoría de los colegas presentes  respondieron con un “así así así es que gobierna” y la reunión terminó sin dar respuestas claras sobre cómo resolver los salarios de hambre que estaba recibiendo el maestro venezolano.
Días después, comenzó la campaña electoral para las parlamentarias, casualmente por esos días el ministro entregó titularidades a todos los docentes interinos vía decreto y sin concurso y  nos engañó con un aumento pírrico que apenas rayaba el sueldo mínimo, pienso yo, tal vez esté equivocado para intentar captar votos en el magisterio y calmar las aguas  mientras tanto se firmaba la nueva contratación,  según por esos días anunciaron que sería antes del 15 de diciembre.
Llegaron las elecciones, los docentes al igual que los demás venezolanos votaron y ganó la oposición como ya sabemos, a lo cual debo agregar lo siguiente: según cifras del ministerio el gremio docente tiene cerca de 500 mil trabajadores,  aunque lo que diré a continuación es una percepción propia sin fundamento científico,  basta con sentarse en la cantina de cualquier plantel educativo en horas de receso  para escuchar el profundo descontento  que siente la mayoría de los docentes hacia este proceso, en otras palabras la mayoría de los docentes son escuálidos (me disculpan los colegas opositores a los que no les guste que se les llame así). El descontento docente estoy seguro se reflejó de manera significativa en las urnas electorales el pasado 6D; pero ese rechazo que ya venía desde antes considero se profundizó desde que Héctor Rodríguez comenzó su gestión como ministro, gestión que se caracterizó por un tremendo gasto presupuestario al hacer una supuesta “consulta por la calidad educativa” para conocer las fallas del Ministerio  pero la cual directores, supervisores, jefes de distrito, jefes de zona y demás autoridades se encargaron de filtrar para  que los respectivos vicios en cada nivel no fueran tan evidentes, incluso debo agregar que fue tan fructífera esta consulta que hoy nadie se acuerda de sus resultados.  Además,  la gestión del abogado Rodríguez se caracterizó por su  incumplimiento de cláusulas socioeconómicas establecidas en la contratación colectiva 2013-2015, como por ejemplo:  el aumento de la carga horaria a 48 horas académicas nunca se ejecutó porque según el ministro no había presupuesto, los mercales docentes fueron cada vez menos frecuentes hasta desaparecer, un sistema de HCM precario, una misión vivienda para docentes que solo fue cuento de hadas y las innumerables denuncias a nivel nacional de movimientos arbitrarios de docentes de un plantel a otro sin respetar condiciones de titularidades, años de servicio ni lugar de habitación.

2)      Ahora:

Llegó el 2016 y el docente sigue como pajarito en grama, ganando poco más del salario mínimo,  con un patrón que twittea cada 5 minutos lo grande de Chávez pero no hace nada por sus trabajadores, con unos  sindicatos esperando  que el gobierno les diga que decir, y con la esperanza de que el nombramiento del actual Vicepresidente Prof. Aristóbulo Izturiz agilizara en algo la recuperación de una vida digna para el magisterio.
Lo que yo no acabo de entender es como un proceso revolucionario, que en su discurso habla de la importancia de crear al “hombre nuevo”, tiene un ministerio de educación tan INEFICIENTE, tan precario y tan improvisado, cómo vamos a formar a ese supuesto hombre que necesita el socialismo si ni siquiera existen políticas educativas efectivas, seguro a esto algún camarada me responderá nombrando los avances educativos a lo cual te respondo: si me dices que se han entregado tantas millones de Canaimas, te diré que la mayoría fueron vendidas, formateadas, dañadas y en la basura porque no existen políticas efectivas de concientización ni de seguimiento, si me hablas de los libros de la colección bicentenario te diré que la mayoría están en los depósitos de las escuelas porque los muchachos no los quieren, y los muchachos no los quieren porque sus docentes no los quieren y la mayoría de los docente no quieren los libros porque los consideran incompletos u otros porque es su forma de manifestar su rechazo al gobierno (por supuesto no es la correcta), si me hablas del PAE te diré que son más las escuelas que no tienen el programa a las que tienen y las que tienen el Programa de alimentación saben que por su innumerables fallas no garantiza por sí mismo una alimentación adecuada.
Por otra parte, si me hablas de los derechos del niño conquistado en revolución, te diré que estamos criando una generación de muchachos que cree que la función del  estado es regalarles todo: desde celulares, computadoras, tablets, casas, carros, promoción al siguiente año escolar,  etc. Es decir, un ciudadano que piensa que el gobierno es socialista porque le regala.  Si me dices que con la derecha al poder la educación estuviese privatizada te daré la razón pero te diré que el hecho de que  nuestra educación sea gratis no justifica tener el desastre que tenemos.
No habrá Revolución sin eficiencia política así que mientras no exijamos la eficiencia a nuestros ministros u autoridades nos estamos cayendo a mentiras. Por otra parte, la educación en todo estado responde a un proyecto político, es por esta razón que los docentes son los principales catalizadores de cambio de conciencia en las futuras generaciones,  pero con un magisterio en contra,  la conciencia revolucionaria en nuestros jóvenes no irá más allá de repetir consignas y hablar mal de la cuarta.
Según desde la concepción del Neoliberalismo, es necesario tener buena parte de la  población sin educación para que sirva como mano de obra barata, eso justifica la poca o inexistente inversión en la educación pública  de países capitalistas, pero pareciera por momentos que de un tiempo para acá esta revolución socialista quiere tener no mano de obra barata , sino “mano de voto”, es decir, buena parte de la población mal formada y con pocas aspiraciones que apoye electoralmente a la Revolución con la esperanza de que pronto le llegue su regalo.


Nunca es tarde para rectificar...

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